NENA

Por Manuel Esparza IP / PC

Han pasado muchos años, sin embargo, aun recuerdo el impacto que nos causó el hallazgo, fui llamado durante la noche para acudir a un lote ubicado en la zona desértica sobre la cual se distingue la cinta asfáltica que lleva de Ciudad Juárez a Nuevo Casas Grandes, Chihuahua, me dijeron: «Va a llegar a un edificio antiguo de aduanas, al pasar frente ellas, poco más adelante, hay una entrada, ahi da vuelta a la derecha, alcanzará a ver las ruinas de una vivienda, detrás de ellas aquí estamos.»

Efectivamente, mientras veía frente a mi los pocos metros de carretera que iluminaba mi camioneta en aquella noche completamente obscura, vi el remanente de lo que en alguna vez fuera la oficina de aduanas, baje la velocidad y ciertamente encontré el camino y llegué a donde estaban mis compañeros, en la foto que anexo, la cual me fue enviada por un amigo, estamos todos los que esa noche respondimos, los encargados de la funeraria que trasladaban los cuerpos a la morgue, no contábamos con personal para ello en ese tiempo. El Dr. Enrique Silva (QEPD), los entonces agentes investigadores Barraza (QEPD) y Miramontes, un compañero Fedatario Victor Estrada y dos compañeros más de la Unidad de Homicidios, y si, con bastantes años menos, en jeans y camisa multicolor estoy yo; la unidades de homicidios se retiraron, de acuerdo a la opinión del Dr. Silva, la víctima era del sexo femenino, este caso era nuestro, de la Fiscalía de Homicidios de Mujeres.

Sobre esa pálida manta azul, se aprecian los restos de quien alguna vez fue una persona, es increíble lo que el fuego, avivado por combustible y neumáticos, puede hacer a un cadaver, prácticamente lo redujo a cenizas; para quienes no han manejado casos de este tipo, el mito de que se requieren cientos de litros de combustible, cientos de kilos de madera y cientos de neumáticos para crear un cuerpo, es solo eso, los cálculos fríos de un científico que jamás ha abandonado su laboratorio para ensuciarse las manos en una investigación real, la diferencia entre la Teoría y la Práctica, ni más, ni menos.

Aun con la destrucción del cuerpo, el Dr. Silva encontró el corazón de la víctima entre lo que quedaba de piel, músculo y huesos del tórax, a pesar de que estaba cocido por el fuego, pudo apreciar lesiones de arma blanca.

Los familiares de Nena, nos dijeron que era fácil identificarla, ellos no sabían en que condiciones la habíamos encontrado, «Traía varios aros plateados en ambas orejas.», nos dijeron, sin embargo, su craneo reventó y se deshizo por la intensidad del fuego. Pregunté a los peritos de campo «Encontraron algo entre las cenizas?», me vieron con cara de asombro y me dijeron, «No revisamos, pero podemos regresar», «No es necesario, les dije.» Tome las herramientas que teníamos en nuestra oficina, palas y unas cribas que habíamos fabricado para casos como este, otro de mis compañeros Ministerio Público, el Lic. Isaías Flores y yo regresamos al lugar.

Con los primeros rayos del sol, empezamos nuestra labor, colocando las cenizas en las cribas multinivel que habíamos diseñado y construido para revisar las cenizas de lo que alguna vez fue un cuerpo, efectivamente, encontramos unos aros pequeños deformados por el fuego. Era nuestra prueba, si era Nena, pero aún debíamos esperar los resultados de genética.

Lo primero fue identificar a la víctima, «Nena» era su apodo, una joven mujer que sufría de violentos ataques por parte de su pareja sentimental, quien intento apuñalarla en una ocasión, arrollarla con su vehículo en otra, quien sufría golpes y abusos de quien debía darle protección y confianza. Con estos datos, la investigación se enfocó en el, vigilamos su casa y lo observamos subir al vehículo, poco a poco, sus pertenencias y las de Nena, cuando intento salir por la calle de su casa, le cerramos el paso, lo detuvimos y aseguramos el vehículo, bajo el tapete delantero del lado del pasajero, encontramos los documentos personales de Nena, en el vehículo, tanto en el habitáculo como en la cajuela prendas de vestir de hombre y mujer, debajo de ellas en el maletero, un cuchillo con manchas rojizas.

A pesar de todo lo que han leído y que, quizá al igual que nosotros, fijó su atención en quien era la pareja de Nena, en el hecho de que había violencia en la relación y su actitud buscando huir del domicilio que ambos compartían, la investigación arrojó un resultado inesperado, su pareja no era el asesino.

Después de Maria Eugenia, Nena era la segunda víctima …

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