Por Manuel Adolfo Esparza Navarrete IC/PC

A un costado de donde ahora se localiza el Centro de Readaptación Social del Estado, en Ciudad Juárez, se localizó al fondo de una alcantarilla en desuso el cuerpo de una mujer que había sido dañado por el fuego, al inicio pensamos, como es posible que el personal de seguridad y custodia no viera algo, inspeccionamos las torres de vigilancia y nos dimos cuenta que la estructura de las esclusas no permitía ver al exterior, su diseño tenía una falla, la iluminación del interior de la torre se reflejaba en los cristales por el ángulo en que fueron colocados e imposibilitaba cualquier probabilidad de visibilidad al exterior, irónico, el guardia no podía ver nada.
Con dificultadpudimos sacar un cuerpo calcinado, se traslado al Servicio Médico Forense y eso fue todo, no había más hacia donde avanzar sin la identidad de la víctima y así permaneció, sin nombre, tiempo despues localizamos otro cuerpo en circunstancias similares, dos víctimas sin identidad, sin nombre, sin familia a quien contactar y con destino a una tumba marcada solo con un número.
Es difícil describir la frustración en los esfuerzos de identificación, ya que sin ella no sabemos quien es la víctima, a que se dedica, quien es su familia, pareja, amigos, compañeros de trabajo, lugares que frecuenta, a escuela a que acudía, simplemente nada y así la labor para poder llevar al responsable ante la Justicia se desvanece, con cada día que pasa el caso se enfría y la impotencia aumenta.
En esta serie de homicidios llegó, como sacado de un guión de Hollywood, una pista que nos aclararía todo, una víctima sobreviviente, una valiente joven que lucho contra su agresor y que fue dejada por muerta en medio del desierto, desnuda, golpeada sin piedad y con las petequias en su cuello, rostro y ojos por el intento de privarla de la vida, su victimario, al perder ella el conocimiento penso que había arrancado el último aliento de su cuerpo, que el era quien decidía sobre la vida o muerte de una inocente, pero Nancy vivió para contar su historia.
Nancy tenía en aquel entonces 14 años de edad, de alguna forma, legal o no, logró obtener empleo en una empresa maquiladora de Ciudad Juárez, Chihuahua, ella, como miles de personas, utilizaba los autobuses de transporte de personal que las compañías extranjeras contratan para sus empleados, en esta interacción diaria, Nancy, conoció a Jesús Manuel Guardado Márquez (a) «El Tolteca», conductor de una de estas unidades, el día de los hechos Nancy abordó el vehículo, como muchas otras personas, el conductor fue bajando poco a poco al pasaje hasta que Nancy quedo sola, era la última pasajera, su agresor le dijo que tenía que ir a una estación de servicio y de ahi la llevaría a su destino, pero no fue así, despues de parar por un momento se dirigió al desierto, por un camino sin iluminación, sin pavimento y sin vigilancia, se adentró a lo más obscuro de la noche mientras ella pedía que la dejara bajar, no fue asi.
El Tolteca detuvo la unidad, se dirigió a Nancy y la golpeó con fuerza para someterla, la desnudo, la gizo víctima de sus más bajos instintos y, para que no hubiera evidencia o testimonio en su contra la estranguló, ella perdió el conocimiento y ahi, entre la arena, matorrales, en el frió del desierto de Juárez, la dejo pensando que había muerto.
Nancy recobro el conocimiento, doliendose de sus lesiones, aterrorizada por la experiencia que había vivido, camino con sus pies descalsos y a lo lejos vió la luz de una vivienda, con temor se acercó y pidió ayuda, poco después rendía su testimonio en las oficinas de la Procuraduría, dió la información de su atacante y la cacería empezó.
Pasaron unos días y parecía que a El Tolteca de lo había tragado la tierra, no era posible encontrarlo, se anunció una recompensa por informes que llevaran a su detención, esto motivó a una persona para que llamara y diera los datos para localizarlo, se encontraba en el Estado de Durango, la denunciante proporcionó incluso el domicilio para localizarlo, quien iba a imaginarse que su propia esposa lo delataría y nos diría que estaba secuestrada junto con su madre por este sujeto, quien incluso le había amenazado con sufrir el mismo destino de las mujeres que habían aparecido sin vida en nuestra Ciudad.
Enviamos agentes a detenerlo, al loclaizarlo se resistió, lesionó a uno de los agentes de policía del Estado de Durango que colaboraban con los nuestros para aprehenderlo, fue sometido y, tan pronto lo introdujeron en la unidad, al igual que muchos cobardes que hace de las mujeres sus víctimas, empezó a llorar, no parabe en el trayecto, pero su llanto llevabá más que solo lagrimas, llevaba la confesión de los últimos homicidios acontecidos y los participantes en los mismos, el no actuaba solo y el no era el lider del grupo, el jefe era un sujeto apodado «El Gringo».
Al llegar a Juárez, nos llevó casa por casa a lograr las detenciones de sus compañeros de andanzas, el Lider, Victor Manuel (a) «El Gringo» o «El Narco», Agustin (a) «El kiany», Jose Gaspar (a) «El Gaspy» y Bernardo (a) «El Samber).
Esta banda, sucesora de «Los Rebeldes» en los homicidios de mujeres en Juárez, era responsable de la muerte de mujeres inocentes, de distintas edades, de distintos entornos, esto con la finalidad de dificultar la vinculación entre los casos y hacer creer que «El Chacal de Juárez» seguía suelto.
«El Gringo» pagaba a los demás una cantidad mensual para que privaran de la vida mujeres con cierta periodicidad, ellos, al ser conductores de autobuses de transporte de personal, veian a las mujeres esperando en las paradas y llegaban, las subian por la fuerza y detenían el pesado vehículo en avenidas transitadas, levantaban la punta de la unidad exponiendo el motor para que quien pasara cerca pensara que estaba averiado, mientras en el interior agredian física y sexualmente a las mujeres, las privaban de la vida y con la facilidad de ingreso a cualquier terreno de los autobuses abandonaban los cuerpos en didtintos puntos de la Ciudad, al ser vehículos de transporte nadie los revisaba, nadie los verificaba cuando supuestamente estaban averiados, nadie cuestionaba porque ingresaban a tal o cual zona, no llamaban la atención, esa nula atención, esas faltas de revisión continuan aun, despues de más casi 20 años de acontecidos los homicidios nadie les da importancia a «Los Camiones».
Pero, de donde vino esta idea? De donde obtenía «El Gringo» los recursos? Los invito a leer la historia de Shariff Parte V, ahi lo sabran.